viernes, 27 de septiembre de 2013

LAS HOJAS DEL CALENDARIO

¿Alguna vez has sentido que los años se te pasan volando?, ¿Que pasas de una década a otra casi sin darte cuenta?. Al principio yo no era demasiado consciente de ello tío, pues soy bastante joven aún y con 18 años estoy deseando que pasen unos años para ver con perspectiva cómo será mi vida; si llegaré a convertirme en escritor, si haré realidad todos mis sueños...Sin embargo hace poco me he puesto a observar a mi alrededor y veo que los mayores siempre están agobiados por ese motivo. Sobre todo mi madre. Cuando era niña coleccionaba calendarios y le hacía feliz inventar una frase para cada día del año. Sin embargo desde que cumplió los 30 nunca volvió a ser la misma y rompió todos los calendarios. Dice que los años se te pasan volando, que un día cierras los ojos y cuando los vuelves a abrir ya tienes 40 y luego 50 y las agujas del reloj giran cada vez más deprisa y te van dejando atrás. Así hasta que llegó el momento de quitarse años de encima y ahora cuando mis viejos se reúnen con sus amigos ya no puedo decir qué edad tengo porque mi madre por cada año que pasa se ha quitado dos. Y se enfada si meto la pata con mi fecha de nacimiento. No sé por qué a la gente le cuesta tanto asumir la edad que tiene. Deberían mentalizarse que cada año que pasa tiene su lado bueno, en lugar de aparentar que pertenecen a otra generación.
 
De todas las personas mayores que conozco mi abuelo es el que mejor lleva el paso del tiempo. Nadie diría que ha cumplido ya los 80 pues su espíritu sigue siendo joven y jamás ha perdido el entusiasmo por la vida. Una tarde decidí visitarle para que me contase su pacto secreto con el diablo y me dijo algo que me sorprendió: "Las personas comienzan a envejecer cuando pierden la capacidad de asombrarse y de maravillarse por las cosas. Da igual la edad que tengas. Puedes ser viejo a los 20 o joven a los 60, depende de ti. Empiezas a envejecer cuando pierdes las ilusiones, cuando dejas de percibir las tonalidades y colores de las cosas que te rodean, cuando un día es igual al siguiente y levantarte de la cama no te merece la pena. Yo a mis 80 años todavía mantengo mi capacidad de asombro en su más alto límite. Me sigue maravillando ver la puesta de sol cada atardecer e incluso me asombra comprobar que me sigue ilusionando hacer las mismas cosas que cuando era niño, como ir al cine o montar en bicicleta. Y cuando no hay nada que me asombre o maraville, lo busco. Y de esta forma siempre tengo nuevas ilusiones por descubrir. Si observas a los niños verás que su felicidad no tiene límites y es porque cada mañana al despertarse, descubren algo nuevo. De mayores debemos seguir haciendo lo mismo, en lugar de permanecer dormidos, debemos abrirnos a nuevos despertares cada día, de esta manera verás cómo las hojas del calendario no caerán como las hojas de otoño, que se marchan en silencio casi sin dejar huella. Las hojas de tu calendario serán hojas perennes que permanecerán siempre con luz y color, buscando descubrir nuevos despertares  que sigan llenando sus páginas de vida".
 
Y así fue como aprendí el secreto de juventud de mi abuelo y ahora trato de despertar en mi madre el entusiasmo que sentía de niña cuando coleccionaba calendarios, para que recupere la felicidad perdida.  Y tú ¿qué edad tienes? no te obsesiones por ello, ni te quites años de encima y mira a tu alrededor. Si a pesar del paso del tiempo aún sigues descubriendo cosas que te sorprenden y te producen una asombrosa felicidad, el cumplir años no te afectará, porque el paso del tiempo no es el que determina tu vida, eres tú quien determina el paso del tiempo.
 
 

lunes, 23 de septiembre de 2013

A UN SEGUNDO DE PERDER LA VIDA

¿Alguna vez has estado a punto de perder la vida en un accidente?. A mí me ha sucedido hoy. Regresaba con mi familia a Madrid después de haber pasado un magnífico día en la sierra celebrando el cumpleaños de mi hermana cuando un coche, a gran velocidad, ha invadido nuestro carril en sentido contrario y hemos estado a punto de chocar frontalmente. En ese momento te das cuenta de lo frágil que es la naturaleza humana. Estás pensando en lo que vas a hacer mañana y en tan sólo unos segundos puedes dejar de existir para siempre. El universo está formado por contrastes y la vida y la muerte es uno de los más importantes. Ambos están antagónicamente unidos y son inseparables. Y aunque en ocasiones no somos conscientes de ello, la vida y la muerte siguen nuestros pasos en cada momento de nuestra existencia.
 
A veces me he preguntado cómo seré cuando sea anciana. Siempre me ha dado miedo el paso del tiempo al observar a mi alrededor cómo, la mayoría de personas mayores que conozco, van perdiendo su autonomía y dependen de otras personas para poder desarrollar su vida. De alguna manera es cómo cuando eres niño pero en sentido inverso. Cuando eres pequeño dependes del cuidado y atención de tus padres, pero poco a poco, vas ganando en autonomía e independencia y cuanto mayor eres, mayor es tu dependencia. Es como regresar a la infancia pero sin pasaporte de vuelta.   Por este motivo, recuerdo haber dicho en alguna ocasión, que no me gustaría morir demasiado mayor, sino hacerlo en un momento en el que mis facultades físicas y mentales sigan siendo plenas. Sin embargo, cuando te enfrentas a la posibilidad de morir en cuestión de segundos, te aferras a la vida con fuerza y te das cuenta que en realidad, no has asimilado que, la posibilidad de morir existe. Crees que tu vida es un ensayo general y vas acumulando experiencias y relaciones que no deseas porque piensas que en cualquier momento vas a tener la oportunidad de hacer mejor las cosas o de empezar de nuevo y entonces...te equivocas. El día de hoy es único y no regresará más. Y el tiempo que pierdas hoy, lo perderás para siempre. Deja de hacer planes a medio y largo plazo y de agobiarte por lo que va a pasar mañana. Deja de preocuparte por las cosas materiales, por ése trabajo que no tienes, por ése amor que necesitas que llegue a tu vida y piensa que lo más valioso que hay en tu vida eres tú mismo: Eres un ser único e irremplazable.

Hoy he estado a punto de morir y de perder a mi familia y me he dado cuenta que, nada de lo que tengo ni de lo que soy, tendría sentido, si ellos faltasen en mi vida o yo en la de ellos.  ¿Te preocupa el día de mañana?...olvídalo. Tal vez mañana no llegue, tan sólo tienes el instante presente.  Así que vive hoy y aprovecha el momento.
 
 

sábado, 21 de septiembre de 2013

¿QUÉ ES PARA TÍ EL ÉXITO?

Con esta pregunta ha comenzado mi primer día en el Curso de Escritura. Mi gran sueño, ser escritor, empieza a ser una realidad. El profesor, un tío mayor algo arrogante nos ha contado su currículum. Resulta que ha sido guionista en Hollywood y ha ganado una pasta. Pero sus palabras me han decepcionado tío. Nos ha soltado el típico rollo de que con 18 años y tal y como está el país tenemos cero posibilidades de llegar a ser algo en la vida. Que con un poco de suerte uno de nosotros encontrará empleo en este mundillo y el resto trabajaremos como teleoperadores o en un McDonald's. Pero de escritores nada.  Que el primer día te maten la ilusión es algo que me saca de quicio. Así que he hecho oídos sordos, como si no fuera conmigo. El tío nos ha mandado tarea. Una redacción para mañana: "¿Qué es para ti el éxito?"
 
Mientras iba a casa pensando sobre este tema, he recordado que algunas personas que estaban en la cima del éxito en este país hace años, han terminado entre rejas. El poder, el dinero, una buena posición social, la belleza y un buen físico...siempre han ido de la mano del éxito.  Entonces he llegado a un parque y me he sentado en un banco a tomar mi merienda. A mi lado, una señora mayor me mira con cara sonriente. Hemos comenzado a charlar. Me ha dicho que vive en una residencia pero que durante el día prefiere pasear por la ciudad, donde puede hacer casi todo lo que le gusta.  Y parece muy feliz tío. El caso es que me ha contado su vida.  Hace años era rica y vivía en el Barrio de Salamanca. Su marido era presidente de una multinacional americana y estaban forrados. El trabajo lo era todo para él. Un día la multinacional quebró y a su marido le entró una enfermedad muy rara. Fue perdiendo movilidad. Se gastaron todos sus ahorros en médicos. Él se murió y ella se quedó sin un céntimo. Toda su fortuna en médicos, así que tuvo que malvender su patrimonio y ahora está viviendo de prestado en una residencia del estado.

Le he preguntado qué es para ella el éxito y lo que supone perderlo y me ha dicho que: "Para mí el éxito más grande que puede tener una persona en la vida no es el dinero, ni una gran posición social. Éxito es hacer aquello que deseas en la vida sin sentir miedo al fracaso, ni al rechazo, ni a lo que piensen los demás. Éxito es tener la posibilidad de poder elegir en cada momento. Todos tenemos unas cartas para jugar en la vida, si las vas perdiendo, también vas perdiendo tu posibilidad de elegir. Así que no dejes que nadie juegue tus cartas, ni que te las quiten. Yo, a pesar de haber perdido casi todas, aún conservo la más importante: el poder de decisión. Todavía puedo elegir cómo organizar mi día haciendo simplemente lo que me gusta: tomar el sol, dar un paseo por el parque, leer un libro...y me siento la persona más dichosa del mundo, a pesar de no tener ni un céntimo en el banco".

Me ha dejado impresionado tío. Tal y como está el mundo, encontrar a alguien como ella me ha abierto los ojos. Lo que un día la sociedad llama éxito, al día siguiente puede ser considerado fracaso y al final nos convertimos en personas que no queremos, sólo por ser una versión de lo que los demás denominan ÉXITO. Y yo no quiero ser así, tío, aunque no llegue a ser escritor. Mi mayor éxito es seguir siendo yo mismo a pesar de las circunstancias y poder elegir cada día aquello que me hace feliz. Así que de verdad te lo digo tío, no te dejes manipular por los demás, ni te mates por alcanzar ese falso éxito que dan las cosas materiales. El éxito es intangible, no lo puedes ver ni tocar, pero sí sentir. ¿Te sientes feliz y contento con tu vida? Entonces, no lo dudes, has alcanzado el éxito. Y para llegar a ese estado también debes tropezar y caerte, porque es parte de la vida.

Y ahora dime amigo mío: ¿Qué es para ti el éxito? ¿Qué harías para alcanzarlo...?.
Como siempre, será lo que tú DECIDAS.


 

martes, 17 de septiembre de 2013

¿QUÉ HACES CUANDO TE ABURRES?

¿Alguna vez te ha sucedido que quieres cambiar algo en tu vida y entonces vas a la peluquería?. A mí me pasa a menudo tío. Cuando pienso que tengo un problema,  salgo de casa y me pongo en manos de mi peluquero. En realidad todo es por aburrimiento. Porque no sabes qué hacer ese día con tu vida y entonces decides cambiar de imagen. Y a todos nos suele ocurrir que,  cometemos con nuestro pelo ese riesgo que no estamos dispuestos a asumir en nuestra vida diaria.

Mis mayores problemas se han producido siempre que he dicho que estaba aburrido. Y es que por aburrimiento haces muchas tonterías: te compras cosas que no necesitas, quedas con gente que detestas, vas a lugares que no te apetecen y te metes en líos....Sí, lo reconozco. Irme a vivir solo no me está resultando nada fácil. Sólo tengo 18 años y muchas más responsabilidades que antes. Y para colmo cada dos por tres tengo a mis viejos en mi apartamento. Cuando vivía con ellos apenas me hacían caso y ahora no me dejan en paz ni un solo segundo. No sé por qué los mayores pasan de ti cuando te tienen a mano y luego, cuando ya es demasiado tarde intentan recuperarte con cualquier excusa y no se dan cuenta que tú ya no eres el mismo. Has cambiado.

Siempre que me aburro me acuerdo de aquello que me solía repetir mi abuela: "La única forma de no aburrirte es que trates de hacer las cosas mejor de cómo las solías hacer antes, con mayor perfección, de esa manera verás como nunca te sobrará el tiempo" y tenía razón, así que estos días que quedan antes de empezar el curso los estoy dedicando a poner en orden mis libros, mi ropa y todas mis ideas. Y eso lleva su tiempo, te lo digo yo. Así que para nada estoy aburrido. Mi abuela siempre se esforzó por hacer las cosas bien hasta el último día de su vida. Aún recuerdo que varios días antes de morir, su escritura seguía siendo perfecta, incluso cuando ni siquiera veía nada y para mí siempre ha sido un ejemplo a seguir.

De verdad te lo digo tío, si alguna vez te aburres con tu vida tal vez ha llegado el momento de que mires qué te desmotiva e intentes cambiarlo. Yo estaba aburrido de seguir la tradición familiar, me rebelé y ahora voy a hacer el Curso de Escritura Creativa que siempre he deseado. No pierdas más tiempo en ese estado que no te gusta de ti mismo y haz algo, lo que sea, pero abandona la apatía. Como decía mi abuela, siempre hay una forma de hacer mejor las cosas, así que hazlas y no renuncies a tus sueños. Sólo tú puedes convertirte en la mejor versión de ti mismo y ser hoy mejor que ayer.

Y ahora dime amigo mío: ¿Qué te gusta a ti? ¿Qué te hace sonreir? ¿Qué te motiva?. Cuando descubras aquello que te hace feliz, verás cómo todo cobra sentido y la palabra aburrimiento desaparece de tu vida.






 

jueves, 12 de septiembre de 2013

MAS ALLÁ DE TUS LÍMITES

Érase una vez una soprano con una voz prodigiosa,  un talento natural que había descubierto casualmente cuando era niña y era encerrada en un aula del colegio por su mal comportamiento. Como acto de rebeldía entonaba diferentes notas musicales y así fue cómo sus profesores descubrieron su enorme talento. Se formó en los mejores conservatorios de Austria. Con tan sólo 22 años ya era la soprano más importante de Viena. Cada vez que interpretaba su repertorio sobre el escenario era como si el tiempo se detuviese. Todos contenían la respiración y contemplaban extasiados el maravilloso espectáculo de fuegos artificiales que presenciaban sus oídos.
 
Sin embargo nuestra soprano no sólo era conocida por su extraordinaria voz, también era famosa por una extraña cualidad que habitaba en ella. Sólo podía cantar durante 6 meses al año, la primavera y el verano. Y no por capricho o extravagancia de diva. Sucedía que con la llegada del otoño su voz se apagaba lentamente, como si la inspiración dejase de formar parte de su propio ser y le abandonase, de la misma manera que los árboles dejan caer sus hojas y ven perder el colorido de sus ramas, dando paso a  marrones grisáceos y a naturaleza muerta. Así era cómo su garganta se secaba y era incapaz de articular palabra, ni tan siquiera podía comunicarse con los demás más que por señas o escribiendo en una pizarra. Los meses que duraba su silencio, otoño e invierno, los pasaba en su casa en soledad, contemplando álbumes de fotografías antiguas y escuchando música. Pero con la llegada de los primeros rayos de sol de la primavera su voz volvía a renacer y brotaba a toda potencia de las entrañas de su alma, convirtiéndose nuevamente en protagonista de las más bellas y aplaudidas óperas de Viena.
 
Nadie podía explicarse este fenómeno. Multitud de consultas de especialistas recorridas a lo largo y ancho del mundo. Análisis de sus cuerdas vocales, de su garganta, del tono de su voz. Ningún indicio. Ninguna señal. Todo parecía normal. Nadie sabía a qué era debido este problema. Y ella lo había aceptado en silencio, con amargada resignación. Seis meses de descanso para su voz y para sí misma.
 
Un día llegó a la ciudad un mago poseedor de la habilidad de solucionar cualquier problema, por extraño que éste pudiera parecer. Nuestra soprano era bastante escéptica, pero animada por sus amigos decidió visitarle. El mago la miró un instante y sin pronunciar palabra sacó una botella que contenía un líquido incoloro y le recomendó beber varios sorbos al amanecer, así su voz podría permanecer en ella para siempre. Pero no debía olvidar tomarlo ni un sólo día.
 
La soprano siguió el consejo del mago rigurosamente. Cada mañana bebía la fórmula mágica y casi instantáneamente recuperó su voz, a pesar de ser invierno. Un nuevo mundo se abrió ante ella. De permanecer enclaustrada en su casa de las montañas pasó  a ampliar su agenda de conciertos durante todo el año. Su presencia era requerida en todos los grandes acontecimientos. Recorrió el mundo sin descanso y su fama se extendió más allá de los límites de las fronteras de Austria.

Un día la soprano descubrió que la fórmula mágica se estaba agotando y tuvo miedo. Decidió visitar al mago. El mago le confesó que la fórmula era agua. Simplemente agua. Ella se quedó aturdida, incapaz de emitir sonido alguno. El mago le explicó que su único problema eran sus creencias limitadoras. En su mente había aceptado el hecho de no poder hablar durante los meses de frío y esta creencia le impedía articular palabra, cuando en realidad estaba perfectamente: "Cuando aceptas que existen límites cualquier posibilidad desaparece. El miedo se instaura en ti y eres incapaz de cambiar tú  misma o cambiar las circunstancias que te rodean.  Si alguna vez consideras que no puedes hacer algo por muy difícil que sea, abandona el NO PUEDO y conviértelo en PUEDO. Sólo debes creer en ello y confiar en ti misma, verás cómo se empiezan a abrir ante ti diferentes caminos y elegirás aquel que necesites para tu aprendizaje y crecimiento personal".  Y así fue como la soprano aprendió la lección más importante de su vida y recuperó su voz para siempre.

Y tú...¿Te pones límites a ti mismo?  ¿Cuáles son?. Todo lo que tu mente considera posible, se puede lograr. Tan sólo debes creer en ello e ir más allá de tus límites, donde tendrás acceso a todo lo que siempre habías soñado...Si lo puedes imaginar, lo puedes hacer realidad.
 

viernes, 6 de septiembre de 2013

LA RECETA DE LA VIDA

Hubo una vez una cocinera que hacía las mejores tortillas de patatas del mundo. Su receta no tenía ningún ingrediente secreto, nada que no se pudiese contar, sin embargo cuando la gente probaba sus tortillas, recordaban los momentos más felices de su existencia. Por este motivo la fama de las tortillas y la cocinera se extendieron por todo el país y traspasaron fronteras. Todos querían revivir ese momento de sus vidas en el que habían sido verdaderamente felices sin tener que hacer nada o tomar una decisión, tan sólo probando este delicioso manjar.

Un día se convocó un concurso para elegir al mejor cocinero del reino y nuestra cocinera decidió presentarse. Se veía ganadora. Pero lo dudó. Había un requisito importante. Ella no lo había tenido en cuenta. Había que presentar una receta nueva y ella sólo sabía hacer tortillas de patatas. Podía seguir haciendo tortillas de patatas el resto de su vida o bien intentar una receta diferente, pero si fallaba ya no sería respetada como la famosa cocinera de las mejores tortillas de patatas del mundo. Entonces pensó que de la misma manera que nos da miedo arriesgarnos a probar nuevas recetas, nos da miedo asumir riesgos en la vida. Preferimos seguir en lo conocido que dar un salto que nos pueda despeinar. No sabía qué hacer. Había mucho en juego.

Pasó una noche entera sin dormir. Pensó en cómo hacía sus tortillas de patatas. Imaginó el camino que recorría cada día al amanecer para llegar a la granja donde recogía los huevos frescos. Las patatas del huerto de su familia, recién salidas de la tierra. Y a continuación recordó el cariño con que hacía sus tortillas, esa receta que le había enseñado su abuela cuando tan sólo era una niña. Pasaron horas y horas juntas en la cocina. Su abuela no le dijo cómo se hacían las tortillas, simplemente le había enseñado que: "cualquier cosa que hagas en la vida debe merecer la pena, levantarte el corazón y hacerte feliz, de lo contrario será una pérdida de tiempo". Entonces se dio cuenta que el único ingrediente secreto de sus tortillas era que estaban hechas con todo el cariño y pasión de alguien que hace algo que realmente disfruta. Y así fue como por fin lo entendió. Podía obtener cualquier receta o cualquier cosa en la vida si aplicaba esta fórmula.

Decidió hacer un pastel de carne. Buscó la receta en un antiguo libro de cocina y compró con especial atención todos y cada uno de los ingredientes. Siguió cuidadosamente cada paso, pero de tanto en tanto se paraba a cantar y a bailar y es que cocinar le hacía realmente feliz. Y ¿sabes qué sucedió?, sí, nuestra cocinera ganó el concurso y su fama se extendió más allá de los límites del reino. Pero más allá de cualquier reconocimiento, había descubierto cuál era la receta de su propia felicidad: disfrutar de cada cosa que hacía. Y al pastel de carne siguieron nuevas recetas que conquistaron el corazón y la felicidad de todos los habitantes de la región. Pero todo esto no habría sido posible si nuestra cocinera no se hubiese arriesgado con una nueva receta. 

Y tú ¿tienes alguna receta especial?. Atrévete a elegir los ingredientes de esos momentos únicos que conformarán tu vida. Tú eres el protagonista, el ingrediente principal eres tú y Las posibilidades son infinitas. No dejes que otros decidan por ti, ni dejes de decidir tú por miedo a equivocarte. ¿Qué sería de nuestra vida si no existiese la emoción ante nuevos retos?, ¿la posibilidad de inventar nuevas recetas?. Para ello debemos asumir riesgos, dar un paso sin saber cuál será el resultado final del plato. Sólo sabes que el plato se va haciendo poco a poco, y que necesita su tiempo,  igual que las decisiones que tomas en la vida. Y si pospones esas decisiones también verás retrasado el momento de llegar el plato a tu mesa. 

El secreto de la receta es que no hay receta. No existen fórmulas para la vida ni para la felicidad, ni para todos funciona la misma receta aun cuando nos digan cómo se hace paso a paso. Vas creando tu receta día a día, sobre la marcha, a través de tus pensamientos y decisiones y puedes modificarla en cualquier momento, aportándole tu toque mágico. Y si esa receta funciona para ti habrás conseguido tu objetivo.  No tengas miedo a equivocarte, siempre puedes arreglar un plato. Y si algo no te gusta, no te preocupes. Te lo comerás igualmente y no repetirás el plato.  Pero aprenderás de esa experiencia.

Y ahora dime amigo mío: ¿Cuál es tu receta de la vida?...