jueves, 10 de noviembre de 2016

LO QUE PARECE Y NO ES

Esta mañana, una de mis mejores amigas me envió una foto de un chico con el que había salido durante algún tiempo. En la imagen se veía al chico sonriente rodeado de amigos en el campo, como si se estuvieran divirtiendo mucho y ella me comentaba..."es que hay que ver cómo me fastidia verle ahí, tan feliz, tan ricamente...y yo sin embargo lo estoy pasando fatal". Entonces le comenté que no se dejara llevar por la apariencia de esa foto, que seguramente su ex novio tampoco sería plenamente feliz y tendría sus momentos malos, como todos tenemos en algún momento del día y que una foto no resume el estado de una persona, por eso ya no me impresionan las imágenes que la gente suele poner en Facebook, Twitter o en su Whatssap, porque realmente nadie está de fiesta las 24 horas del dia ni de vacaciones los 365 días del año.

Todo esto me ha llevado a pensar una vez más en el mundo de la apariencia, en cuántas veces prejuzgamos de antemano los hechos que acontecen en nuestro devenir cotidiano y ponemos una etiqueta a todo aquello que no conocemos pero que nos parece, cuántas veces nos vestimos cómo no deseamos o vamos a donde no queremos sólo por intentar imitar a los demás y ser una persona que en realidad no somos o cuántas veces prejuzgamos a las personas sin llegar a conocerlas realmente. Si te das cuenta, es muy poco el tiempo del día en el que vivimos en la realidad porque casi todo nuestro tiempo lo ocupa el intentar parecer lo que no somos. 

La única forma de ser felices hoy en día es mirando dentro nuestra más que a lo que nos rodea. Si realmente te sientes a ti mismo y sabes qué te hace sonreír, no debería afectarte aquello que no puedes controlar, ni cambiar. Esto me ha recordado a algo que mi abuela siempre nos contaba. 

miércoles, 18 de mayo de 2016

UN VIAJE DE CRECIMIENTO PERSONAL

Hoy me gustaría compartir contigo algo que me ha sucedido en los últimos meses y que te hace cambiar tu perspectiva de la vida. Hace un tiempo solía sentirme infeliz por aquello que nos solemos sentir infelices la mayoría de los seres humanos, esto es, por el hecho de no cumplir las expectativas sobre la vida que cuando eras joven pensabas que ibas a llevar cuando tuvieras esta edad. Casi siempre todo sale diferente a como lo habíamos planeado. El caso es, que con frecuencia solía sentirme infeliz día tras día por pequeñas cosas, sin darme cuenta de lo afortunada que era por gozar de una buena salud, hasta que en enero comencé a padecer un problema digestivo importante y todo mi mundo cambió. De un día para otro empecé a sufrir fuertes dolores estomacales y náuseas y casi todos los alimentos que tomaba me sentaban mal, hasta el punto de haber tenido que reducir mi dieta a tres alimentos básicos que son los únicos que por el momento tolera mi organismo. 

Todos sabemos que detrás de cualquier enfermedad hay un hecho emocional que te afecta hasta tal punto que tus células enferman y no te sientes bien contigo mismo. Por eso debemos ser muy cuidadosos con todo lo que nos pasa en la vida y en cómo nos comportamos, porque por muy irrelevante que nos parezca cualquier acontecimiento que pueda sucedernos, de repente puedes dar un salto al vacío y darte cuenta que no tienes ninguna red debajo y encontrarte sin saber cómo afrontar los problemas que la vida te plantea.

Me dirás que por qué te cuento todo esto y lo hago por si te sirve de ayuda el saber que cuando te encuentres en una situación que aparentemente no tiene salida y te sientas desesperado y a punto de tirar la toalla, debes abrir bien los ojos y prestar atención a aquellos consejos que te dan tu familia, tus amigos y las personas que te quieren. Así mismo debes intentar romper tu rutina, desconectarte, dejar de hacer lo de siempre que no funciona e intentar algo nuevo. Y en última instancia debes escucharte a tí mismo, eso siempre es un buen indicador de por dónde quieres que camine tu vida.  Así he hecho yo y por eso he viajado a Málaga varios días, porque un gran amigo de mi familia que vive en la costa de esta maravillosa ciudad y se dedica de forma desinteresada a ayudar a personas que sufren diferentes dolencias, me había comentado en diversas ocasiones que él puede ayudarme y que simplemente tenía que ir a visitarle para poder tratarme. Cuando te sientes mal e inseguro, emprender cualquier viaje te puede resultar un mundo, sin embargo decidí probar la experiencia de viajar a Málaga, a la que además me une un fuerte vínculo afectivo desde que era pequeña y eso me ha hecho crecer personalmente y reencontrarme con mis raíces de la infancia, algo que te produce un gran bienestar y te da el empujón que cualquier médico no podría darte por muy acertado que sea su diagnóstico.

De las sesiones compartidas con mi amigo y los conocimientos que me ha transmitido estos días, me gustaría compartir contigo la esencia de todo lo que me ha enseñado y esto se resume en una sola cosa: todos tenemos la capacidad para sanarnos a nosotros mismos y depende en gran medida de nosotros y de lo que hay en nuestro interior y no de aquello que está fuera de nosotros. Pero para ello debes trabajar contigo mismo cada día. Me ha enseñado una técnica para superar el apego emocional y ser una persona completamente libre, sin lastres que te impidan avanzar. Entonces me he dado cuenta que no puedo seguir acudiendo a terapias alternativas, que hasta ahora sólo me han servido para convertirme en una persona dependiente y perder una gran cantidad de dinero y tiempo. Además, si pienso que otras personas pueden curar mis dolencias de estómago cuando en realidad depende en gran medida de mí misma y de los pensamientos que estoy creando en cada momento, me estoy equivocando. 

No puedes dejar descansar en los demás el mero hecho de sentir tu propio bienestar, porque por mucho que te digan o te hagan, no te servirá de nada si no crees en tí mismo y si no tienes el convencimiento y el valor suficiente de saber que vas a seguir adelante y que tienes la fuerza necesaria para hacerlo porque tu eres el propio motor de tu sanación personal, depende de tí y de nadie más. Mientras no te convenzas del hecho de que tú  mismo tienes la capacidad para salir adelante en cualquier situación difícil que la vida te depare, no te servirá de nada cualquier tratamiento que decidas realizar o cualquier camino que decidas emprender.  

Todo ello me ha llevado a volver a trabajar en mi autoestima, en mis valores personales y en el hecho de reafirmar que dentro de mi, se encuentra la llave para curar cualquier mal que padezca, ya sea un problema de salud, una situación afectiva complicada o bien la falta de trabajo, que también se encarga de minar tu autoestima. Continuamente nos suceden cosas que nos hacen perder valor como personas, que nos hacen sentirnos inseguros, rebajados y con miedo a la incertidumbre, a no saber cuánto tiempo vamos a poder soportar la situación que estamos padeciendo. Pero por mucho que pensemos así, lo cierto es que somos más fuertes de lo que imaginamos y si hemos podido salir adelante en situaciones peores, ¿por qué no en esta? ¿por qué ahora no?. Entonces das un paso adelante y dices Sí, claro que puedo hacerlo. Y lo haces y ese pequeño paso es como rozar el cielo con las manos y te ayuda a crecer un poco más como persona. 

Además de los consejos y enseñanzas de mi amigo, me ha servido mucho algo que me ha contado su hija Miriam, que también es un ser humano extraordinario, con la que he tenido la suerte de compartir una tarde muy agradable en Fuengirola. Ambas familias nos conocemos desde antes de nacer, es decir nuestros padres se conocen desde hace más de 40 años, son muchos años de amistad y el reencontrarme con ellos ha sido muy especial para mí. El caso es, que hablando con Miriam de todos los problemas de estómago que estoy padeciendo, me contó que sufrió un problema similar al mío hace pocos años y me decía que ella no dejó de hacer su vida normal. Por mucho que le doliera el estómago no permitió que esto le impidiera continuar con su rutina diaria. Acudía cada día al trabajo, algunas veces andando muy despacio porque se sentía sin fuerzas y a punto de desfallecer por no poder comer casi nada, tampoco se saltaba el ir un par de veces por semana al gimnasio, aunque no pudiera hacer grandes esfuerzos y los viernes por la noche salía con sus amigos. Se trata de establecer una rutina, seguir un horario en el que incluyas nuevos hábitos y no abandonarte a tu propia enfermedad. Esto me ha aconsejado ella y sinceramente me ha servido de gran ayuda y me ha dado fuerzas para seguir adelante y cuando hablo de enfermedad también me refiero a cualquier problema al que debas enfrentarte en la vida. No te quedes ahí dándole vueltas a tu problema y recreándote en lo mal que lo estás pasando y sigue adelante como si no tuvieras ese obstáculo. No te detengas. Estoy segura de que puedes hacerlo y de que tienes más fuerza de la que puedas imaginarte.

Por último, estos días en Málaga he compartido tiempo con mi tía Carmen. Ella vive allí desde hace años y por este motivo mi hermana y yo solíamos pasar parte de nuestras vacaciones con ella cuando éramos pequeñas, pues nos gustaba compartir tiempo allí con ella, que nos daba todo tipo de caprichos y hacía realidad cualquiera de nuestros deseos. Para mí, mis vacaciones en Málaga eran de lo mejor y forman parte de los recuerdos más felices de mi infancia y estos días recorriendo con ella todos los lugares que solían ser el escenario de nuestros juegos infantiles, me han hecho recordar aquellos días felices en los que mi hermana y yo soñábamos con ser astronautas y llegar a la luna mientras contemplábamos el cielo estrellado de las noches de verano de Málaga y me he dado cuenta de lo importante que es, en ocasiones, emprender un viaje y volver a tus orígenes para reencontrarte contigo mismo y saber, que aquella persona con la que soñabas ser de niño, sigue ahí, sigues siendo tú en esencia y tus sueños no te han abandonado, porque has sido capaz de cumplir la mayoría de ellos y de llegar a alcanzar las estrellas.

Me gustaría terminar estas líneas con un anuncio que me he encontrado hoy, mientras paseaba por la calle y es el eslogan de la cadena de supermercados La Sirena: SEAS COMO SEAS, TE MERECES LO MEJOR. Da igual los errores que hayas cometido en la vida o que no seas una persona perfecta, porque a pesar de todo eso, te mereces lo mejor y para ello debes seguir creyendo en tí todos los días de tu vida y aceptarte tal y como eres, porque sólo siendo tú, con tus virtudes y defectos, podrás encontrar el camino de la felicidad y saborear las delicias que la vida te prepara cada día. 





domingo, 31 de enero de 2016

VIAJANDO POR LA VIDA

Nuestra vida está llena de grandes contrastes que nos hacen replantearnos con frecuencia el sentido de nuestra existencia. Días de felicidad infinita donde pareces pintar de colores el paisaje de tu vida y otros en los que todo parece salirte mal y se convierten en una cadena de acontecimientos negativos, que desearías borrar de tu vida en un solo segundo. 

Seguro que alguna vez te ha sucedido que, un día cualquiera, de una semana cualquiera del año, no importa cuál, estás en la sala de espera de un aeropuerto, a punto de emprender un viaje maravilloso que llevas tiempo planeando y miras sin cesar la pantalla de salidas de los vuelos, esperando que se anuncie tu puerta de embarque para dirigirte con rapidez al avión que te llevará al destino de tus sueños. Para mí, el viaje comienza desde el momento en el que me subo al metro y me dirijo ilusionada al aeropuerto, pasando por el tiempo que paso en la terminal mirando los escaparates de las tiendas, hasta las horas que estás sentado en el avión leyendo un libro, viendo una película o simplemente sin hacer nada, disfrutando del viaje, mientras miras las nubes por la ventana e imaginas que eres el protagonista de tus sueños o bien escuchando la música de los grupos de los que solías ser fan cuando eras adolescente y cuya melodía te lleva a viajar a través del tiempo, a aquellos maravillosos años en los que la existencia de toda persona joven parece ajena a las preocupaciones que rodean la vida de cualquier persona adulta y aún ves el mundo con la magia e inocencia con la que todos los seres humanos nacemos y que, con el paso del tiempo, se va apagando poco a poco, hasta dejar de existir.

Imagina que este viaje sucede una semana y a la semana siguiente a esa misma hora, te encuentras en la sala de urgencias de un hospital, rodeado de personas desconocidas pero todas ellas con algo en común, el hecho de no sentirse bien. La pantalla de salidas de los vuelos ha sido sustituida por una pantalla de avisos a los pacientes, llena de grandes letras y números que parecen no significar nada, pero que en realidad  se corresponden con la identidad de cada persona. Tus compañeros de viaje son reemplazados por pacientes, cuyas caras de incertidumbre y preocupación te llevan de vuelta a la dura realidad y al hecho de preguntarte, una vez más, cuál es el significado de tu vida y por qué te encuentras allí y no en otro lugar. 

Esto me ha sucedido hoy a mí, después de una semana de vacaciones en un lugar al que siempre deseo regresar, he pasado 8 horas en la sala de urgencias de un hospital, las mismas horas que dura el vuelo que me lleva a mi rincón favorito del universo, pero en este caso, con un aterrizaje de emergencias forzoso y con el vuelo cancelado. De repente, todos tus sueños e ilusiones se apagan y dan paso a momentos de incertidumbre y tristeza. Miras a las personas que hay a tu alrededor buscando una mirada de complicidad y ves reflejados en sus ojos la misma sensación de pesar y temor por la que estás atravesando tú, ante el hecho de no saber qué sucede dentro de tí o si recuperarás tu bienestar.

Sin embargo, de toda experiencia puedes sacar el lado positivo. Hoy he conocido a personas que se encuentran en situaciones mucho más difíciles y complicadas que la mía, que tengo un simple y persistente dolor de estómago debido a una gastritis aguda, y ni siquiera este hecho, les hace perder la sonrisa. De este día tan largo en el que no podía abandonar la sala de urgencias del hospital aunque quisiera, siempre quedará grabado en mi corazón el rostro sonriente y los hermosos ojos de una chica joven, que, sin perder la sonrisa un solo segundo, nos entretenía a los allí presentes contándonos su historia y afirmando sin dolor ni temor, que tiene un tumor cerebral, le han operado cuatro veces y está a punto de ser ingresada de nuevo para volver a pasar por quirófano. Entonces me he dado cuenta de lo egoístas que podemos llegar a ser los seres humanos, centrando nuestras preocupaciones en pequeñas y banales tonterías de la actualidad cotidiana, en lugar de celebrar la vida cada día, porque en realidad, somos afortunados por el mero hecho de tener buena salud y sin embargo no lo apreciamos y pensamos que siempre nos falta algo para ser feliz, cuando somos poseedores de lo más importante, un tesoro que no podrías pagar con todo el oro del mundo y sin embargo  te pertenece y es tuyo.

La vitalidad y el buen estado de ánimo de esta joven que he conocido en el hospital, a pesar de su situación adversa y de que su vida corre peligro, me ha hecho sentir una inyección de moral positiva y pensar que, aunque a veces todo parece salirnos del revés y en una misma semana puedes tener un problema gordo de salud, te puede salir ardiendo el horno de tu casa, puedes perder tu empleo y se te puede averiar el coche ocasionándote un gasto enorme, a pesar de todo eso, no puedes perder la sonrisa, ni pensar que la mala suerte te acompaña o que has comenzado el año con mal pie. No, no puedes pensarlo, porque recuerda, somos lo que pensamos y si piensas en negativo atraerás más circunstancias negativas a tu vida. Lo creas o no, es así, porque a todos nos ha sucedido. Cuando entras en una espiral de cosas negativas y las alimentas, todo parece ir de mal en peor en tu vida, convirtiéndose en una verdadera pesadilla. 

Por eso debes aprender a ser paciente y a desarrollar la escucha activa. La escucha activa consiste en una forma de comunicación que demuestra al hablante que el oyente le ha entendido. Sin embargo, en este caso la escucha activa se desarrollará con nosotros mismos, porque el hablante eres tú y el oyente al que te diriges también eres tú, lo que significa que debemos prestarnos atención a nosotros mismos, a nuestros pensamientos y revisar nuestras creencias para cambiar aquellas pautas negativas que te hacen incidir una y otra vez en un comportamiento autodestructivo con tu propia persona. Esto se consigue estando de acuerdo contigo mismo, respetando tus silencios, para hacer aquello que piensas y sientes, sin contradecirte a ti mismo, cosa que nos sucede con frecuencia, motivo por el cuál nos suelen salir mal las cosas, porque hacemos justamente lo contrario a lo que desearíamos hacer, entrando en conflicto con nuestras convicciones internas. 

No te distraigas, no te juzgues a tí mismo, no rechaces tus emociones, tan sólo escucha lo que sientes, como si oyeras el fluir de la corriente de un río y así fluirá tu vida, en paz y armonía con tu propio ser. 

Nunca podrás comprender a los demás, si antes no te comprendes a tí mismo. Nunca podrás querer a nadie, si antes no te quieres a tí mismo. Crea un clima de confianza con tu propia persona, trabajando en tu actitud y autoestima y conviértete en tu mejor amigo, conociendo tu forma de ser y sentir y desarrollando las habilidades que deseas para tí, así podrás emprender el viaje que anhelas, llevando el equipaje que tú mismo has elegido y no aquel que la vida carga pesadamente sobre tus hombros. 

Puede que tu diario existir te lleve unos días al paraíso y vivas experiencias inolvidables y otros a un lugar que desearías borrar del mapa de tu memoria, pero si quieres comprender el secreto de la verdadera felicidad, te darás cuenta que, en realidad no hay secretos y que todo depende de ti. No siempre puedes elegir los lugares por los que viajarás a lo largo de tu vida, pero sí forma parte de tu elección, el decidir la actitud con la que deseas emprender cada viaje y la aptitudes que desarrollarás para enfrentarte con cada experiencia y llenar tu maleta de energía positiva, autoestima, ilusiones y sueños. 

De tí depende que en un día gris de tormenta puedas ver brillar el arcoiris y consigas llegar al camino que deseas transitar en la vida, si, con independencia de cualquier circunstancia que te suceda, nunca dejas de sonreír ni de creer en la magia que reside dentro de tí.