miércoles, 18 de marzo de 2015

LA REFORMA

El edificio en el que vivo lleva un tiempo de reforma, pues es muy antiguo y fue construido allá por el año 1920, por lo que ha sido necesario sustituir la estructura de todo el edificio para poder construir el ascensor y mantener la finca en buen estado. Este proceso ha durado varios años, con su correspondiente molestia, porque vivir en un lugar que está en obras, lleno de polvo las 24 horas del día y con un ruido insoportable es bastante incómodo y también por qué no decirlo, ha supuesto el pago de una derrama muy elevada en situaciones, para algunos, de trabajo inestable o desempleo.

Hace unos días me reunía con un grupo de vecinos con el que formo parte de la comisión de obras de la comunidad para la toma de decisiones de todo lo relacionado con esta reforma. Ya nos encontramos en la fase final y viendo lo confortable que está quedando el edificio, al final pienso que ha merecido la pena todas las incomodidades que hemos sufrido en los últimos cinco años, pues nuestra calidad de vida ha mejorado considerablemente. Esto me ha llevado a reflexionar acerca del ser humano y de lo necesario que es a veces emprender una REFORMA PROFUNDA EN NUESTRA VIDA Y CON NOSOTROS MISMOS.

Hoy en día muchas personas afirman ser infelices y llevar una existencia marcada por el escaso tiempo que tienen para sí mismos, al encontrarse sometidos a largas jornadas de trabajo y a una vida familiar llena de mil quehaceres y un estrés que te persigue continuamente porque difícilmente llegas a todo. En el polo opuesto están las personas que no tienen trabajo desde hace tiempo y a las que el día se les hace largo y tedioso, porque les faltan actividades para llenar las 24 horas, por lo que el tiempo de que disponen deja de convertirse en ese lujo con el que muchos sueñan y pasa a ser tu mayor enemigo, porque a medida que tu situación de inestabilidad se alarga en el tiempo, más agobiado te sientes, porque sabes que cuántos más años pases sin encontrar trabajo, más va cayendo tu ánimo en picado y con menos posibilidades te ves.

En cualquier caso, con o sin trabajo, la mayor parte de nuestro tiempo libre lo dedicamos a las redes sociales, a mantener conversaciones interminables o intercambiar tonterías con nuestra familia y amigos por el whatsapp y a vivir nuestra vida en modo piloto automático, sin ser conscientes plenamente de nuestra existencia y de aquello que nos rodea, salvo los aspectos negativos, que los vemos a escala gigante. Cada uno de nosotros nos creemos poseedores de los mayores problemas del mundo. Quejarnos se nos da bien. Pero, ¿realmente hacemos algo para cambiar nuestra vida?. La respuesta es NO.

Por eso, hoy me gustaría proponerte algo tan sencillo como emprender una reforma en tu vida. Seguro que alguna vez has cambiado algo de tu casa que necesitaba una mejora y has emprendido una pequeña reforma para ampliar tu cocina, para pintar tu habitación o para cambiar el parquet rallado del salón... Pero ¿qué ocurre cuando somos nosotros los que necesitamos mejorar algo y ese cambio no se produce?.

Nadie va a impulsar una reforma en tu vida, debes ser tú mismo quien decida cuándo y cómo. Si estás encerrado en ti mismo, no te gusta tu vida ni como eres físicamente y si además te sientes desanimado y todo te da igual, sin duda ha llegado el momento de emprender esa reforma que todo ser humano necesita. Quizá decidas cambiar tu rutina con un cambio de look, apuntándote a un gimnasio, comenzando una nueva dieta o apuntándote a un club de lectura, pero no olvides que ninguna reforma puede empezar por fuera, todo comienza dentro de nosotros mismos. 

Trabaja tu autoestima, cuida de ti mismo y date un capricho cuando lo necesites. No hace falta ser rico para darte un capricho, ni que sea un día especial. Cualquier día es bueno para regalarnos una sonrisa, una palabra amable con nosotros mismos, un paseo por ese rincón de la ciudad que más te gusta o comer tu postre favorito. El ser humano tiene una tendencia natural a castigarse y a sentirse culpable continuamente por todo lo bueno que le sucede. Creemos que sólo nos merecemos algo bueno después de haber hecho un gran esfuerzo y habernos quedado exhaustos. No te preocupes, a muchos nos han educado así y no debes sentirte mal por ello, pero puedes modificarlo cuando tú decidas. La primera reforma de nuestra vida comienza por cambiar nuestras creencias y establecer una base positiva basada en aquello que nos estimula y hace felices a nosotros, aun cuando entre en conflicto con la educación que hemos recibido. Lo importante eres tú y el mejor termómetro para medir tu indice de felicidad es ver cómo te sientes a cada momento, eso nunca falla.

¿A qué dedicas tu tiempo libre? ¿Lo pasas bien? Si la respuesta es no, ahí necesitas emprender otra reforma. Piensa en lo que más te gusta hacer del mundo, en aquello que te hace sentirte motivado, alegre, feliz...incluso eufórico y ve a por ello. Hay muchas maneras de llevar a cabo nuestros hobbies. Adaptándonos a cada bolsillo, hay diferentes alternativas al alcance de nuestra mano. Pero debes abrir tu mente para ver todas las posibilidades y no encerrarte en ti mismo. Si eliges ser feliz, encontrarás el camino. 

¿Y qué me dices de tus amigos? ¿Los has elegido tú? ¿Te sientes poco identificado con tu grupo? ¿Te gustaría hacer otros planes con ellos? ¿O tal vez tener nuevos amigos?. Un buen diálogo y ser tolerante es siempre necesario en esta reforma. Por eso, no tengas nunca miedo de decir lo que piensas, respetando la opinión de los demás y charlando con aquellas personas que te importan para mejorar vuestra empatía y hacer que vuestra amistad funcione, llevando a cabo los planes que desee todo el grupo, no uno sólo. Si además eres abierto, te será fácil encontrar nuevas amistades. Para ello debes estar receptivo a la posibilidad de realizar planes diferentes y salir de tu rutina.

Y ya que hablamos de amigos no podemos olvidarnos de la pareja. ¿Tienes pareja? ¿Eres feliz con ella? Si han transcurrido más de 30 segundos sin que puedas dar una respuesta a esta pregunta, realmente es necesario emprender otra reforma. Lo ideal sería terminar con las relaciones que no funcionan e intentar comenzar una nueva vida, pero sé que esto es muy complicado. De hecho, algunas personas me han comentado que no pueden romper con un matrimonio de 40 años y todo lo que eso conlleva para sus hijos, nietos y economía familiar. Si realmente sientes que no eres capaz de dar ese paso, entonces debes trabajar el doble en tu felicidad personal y contigo mismo para contrarrestar la infelicidad que tienes en una de las áreas más importantes de tu vida por la falta de equilibrio emocional que te produce el carecer de una relación de pareja sana, estable y feliz. Quizá te parezca una tontería, pero muchas personas a las que les va mal con su pareja en cualquier terreno (sin ahondar en uno concreto) tiran la toalla en las demás áreas de su vida y se abandonan a una existencia que cada día les amarga e insatisface más. Por ello, no pierdas tu autonomía, tu capacidad de ser feliz por ti mismo, la curiosidad por aprender cada día algo nuevo. Mira adelante y piensa que lo mejor está siempre por llegar. Aunque pueda parecer un tópico, si le das a la vida la oportunidad de que cosas buenas puedan producirse, éstas llegarán. Es una ley universal, pero debes creer en ella y dejarle la puerta abierta. 

Si eres de ésas personas que por diferentes circunstancias de la vida no tienen pareja, bien porque no has encontrado a la persona ideal, bien porque prefieres estar sola, te puedes sentir plenamente feliz y realizado sin compartir tu vida con nadie. Pero si realmente anhelas encontrar el amor y el crear una familia...deja de lamentarte y emprende otra reforma. Siéntete una persona capaz de amar y de recibir amor, ábrete a la posibilidad de que nuevas personas puedan llegar a tu vida y sobre todo quiérete a tí mismo, porque éste es el primer paso para encontrar el amor, el llegar a enamorarte de quién eres y el sentirte bien en tu propia piel. Quizá parezca algo sencillo, pero para muchos es realmente complejo, porque muchas veces tenemos la autoestima por los suelos. Por eso siempre es necesario comenzar la reforma dentro de lo más profundo de nuestro ser y con ello volvemos al principio de lo comentado en este artículo. 

Por último, ¿Qué podemos hacer ante una sociedad donde cada día hay más corrupción política? ¿Y ante la pérdida de valores? ¿Y ante el problema del paro?. ¿Ha llegado un momento en el que todo te da igual? ¿En el que prefieres no ver el telediario y vives en una especie de burbuja?. Sé que muchas cosas no dependen de nosotros, pero en realidad sí, porque ante tantos problemas solemos adoptar una actitud pasiva ante la vida y nos dejamos llevar como una hoja arrastrada por el viento, sin hacer nada. Aquí es necesaria otra reforma. Es el momento de unirnos, de no rendirse, de no dar todo por perdido, de no tirar la toalla. Debemos aumentar nuestra conciencia social, mirar a nuestro lado y ayudar a quienes nos rodean. Aunque creas que una mejora a pequeña escala no cambia la estructura social, si tiendes tu mano a quienes lo necesitan, la solidaridad abre las puertas del mundo y crea una corriente positiva.

Nunca es tarde para hacer realidad tus sueños y para construir esa vida que siempre has deseado. Puede que tengas miedo a emprender una reforma, pero recuerda que las crisis son cambios y para que la felicidad llegue a tu vida debes comenzar a trabajar contigo mismo y abrir las puertas de tu corazón a lo bueno e inesperado que la vida te ofrece cada día.

Déjate llevar por la luz que te rodea, deja que el sol te acaricie el rostro con su calor y establece las bases de tu felicidad con materiales resistentes como la autoestima, el amor, la confianza en ti mismo, la inteligencia, la acción y una actitud positiva frente a la vida. Así convertirás tu corazón en el hogar que siempre has deseado habitar y serás una persona resistente a las adversidades y que trabaja activamente por sus sueños.