Decía Oscar Wilde que amarse a uno mismo es el comienzo de
una aventura que dura toda la vida. Sin embargo la naturaleza de los seres
humanos , el azar o el capricho del destino hace que amemos casi todo...menos a
nosotros mismos.
Es por ello que a veces nos sentimos atraídos por personas
que de antemano ya nos han descartado como pareja y cuando sentimos que no
somos correspondidos creemos que no valemos lo suficiente, en lugar de pensar
que quizá...no somos lo que esa persona necesita. Lo mismo sucede con las
amistades. Casi siempre buscamos la aceptación de los demás a fuerza de
renunciar a ser nosotros mismos y convivimos como extraños de nuestra propia
vida.
Cuando no te amas a ti mismo te conviertes en una persona insegura, vulnerable, débil, que se siente muy afectada por la opinión de los demás. Piensas que tu vida vale poco y que no has hecho nada memorable que merezca ser recordado. Cuando no te amas a ti mismo crees que los demás son tus enemigos, en lugar de protegerte contra ti mismo.
Por eso, tal y como dice Louise Hay, aprobarse y aceptarse a uno mismo en el ahora, es la clave para hacer cambios positivos. Cuando lo haces, ya no tragas situaciones que antes te parecían normales - y sin embargo no lo eran - porque no estás dispuesto a hacer polvo tu autoestima y a tener que volver a resurgir de tus cenizas, ya de por sí carbonizadas por todas las veces que has vuelto a cometer el mismo error.
No renuncies a tu
propio bienestar intentando que suceda algo que no puede ser. Lo que surge de
forma natural no hay que forzarlo, ni perseguirlo, ni buscarlo, ni fingirlo...simplemente
se produce, como cuando se hace realidad un sueño. Confía en ti. Confía en tu
propio valor personal. Te mereces lo mejor y si así lo crees, eso es lo que
vendrá a tu vida.
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