Un año más el calendario avanza rápido hasta situarse impaciente y obstinado en el día de tu cumpleaños. En tu interior sabes que te gustaría celebrar una gran fiesta de no cumplo-años y que el pastel se fuese deshaciendo de todas y cada una de las velas que has ido sumando con el paso del tiempo hasta encontrarse otra vez desnudo, ausente de minutos y de segundos, como cuando naciste. No te gustaría entrar en el olimpo de los dioses, ni ser inmortal, pero no te sientes preparada para asimilar la velocidad con la que te despeina el tiempo, como lo hace una fugaz ráfaga de viento en una fría y gris tarde de otoño.
A veces hubieras deseado pertenecer a otra época o vivir en un país diferente e imaginas cómo habría sido tu vida. La imaginación no tiene límites, como tampoco lo tienen tus fantasías, ni tus sueños. Dentro de ti sigues siendo aquella niña que miraba el mundo con ojos expectantes y deseaba ser la bella princesa del cuento, la valiente guerrera o la famosa astronauta que llegaba a la luna y a su paso era recibida por las estrellas.
La mayoría de las veces tenemos grandes aspiraciones sobre nuestra vida, establecemos metas inalcanzables y sentimos que nos embarga esa conocida sensación de infelicidad cuando pensamos que los años se nos escapan y que no nos encontramos en el lugar que nos gustaría, ni con la edad deseada. Qué fácil si no tratásemos de aparentar fuerza cuando nos sentimos romper por dentro, si no fingiésemos un falso equilibrio y si nos aceptásemos cada día sin miedo a superar la invisibilidad y a entrar en esa temida barrera en la que piensas que has desaparecido de la faz de la tierra sin haber alcanzado nada de lo que te proponías.
Y es que te pasas la vida actuando. Un día lo haces por tus hijos, otro por tus padres, otro por tu marido....y piensas que será la última vez que representarás ese papel. Pero... ¿Cuándo vas a interpretarte a ti misma?. Lo sigues posponiendo. Piensas que el gran papel de tu vida está por llegar y vas rechazando guiones - es decir, experiencias, vivencias, situaciones, personas...-. Ahora no es el momento, te dices inconscientemente y esperas impaciente esa gran oportunidad que nunca llega: el gran amor de tu vida, los hijos, el maravilloso puesto de trabajo, la hermosa casa junto al mar....y así sigues sumando día tras día, sin hacer nada, tan sólo esperando que una persona o un hecho concreto te descubran y te saquen de esa sombra en la que vives cómodamente instalada.
Tu vida es aquí, ahora mismo y en este momento. Deja de actuar. No hay película. No hay guión, ni subtítulos, ni decorado...tan solo el escenario te está esperando, súbete a él y písalo con fuerza. Sabes que un día morirás, pero erróneamente piensas que ese momento también puede esperar y que hasta lo puedes posponer y así llegas al THE END sin haber obtenido nada de lo que aspirabas. Deberías celebrar tu cumpleaños cada día, solo así valorarías la importancia de tu vida. No sigas esperando el papel principal, no tienes nada que demostrar, porque ya naciste siendo la protagonista. Sólo debes sacar de dentro de ti esa gran estrella que brilla en tu interior pero que con el paso del tiempo se ha ido apagando por dentro sin ser consciente de que puede llegar a iluminar todo el universo. Así que...vístete, maquíllate y súbete a tus tacones. Comienza un nuevo rodaje. Luces, cámara y... ¡ACCIÓN!
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