Hace unos días te encontraste caminando por las mismas calles que habitaste por primera vez, cuando viniste a Madrid a estudiar en la Universidad. Atravesaste el túnel del tiempo y sentiste de nuevo aquella sensación cálida y anaranjada que habita tu alma cada vez que estás a punto de emprender una nueva aventura. Expectación, Ilusión, Felicidad, Triunfo, Aplausos...y Juventud. Todas esas palabras llenaban tu alma y formaban parte de tu Universo. Te sentías triunfador, protagonista. El futuro estaba preparado para verte brillar y para recibir los aplausos de tus éxitos. No necesitabas coger impulso, tú sólo sabías como llegar hasta el cielo.
Con el paso del tiempo te das cuenta que en la vida casi nada ha sucedido como esperabas. El brillo ha desaparecido antes de tiempo. Lo que pensabas que eran aplausos, tan solo eran los latidos de tu corazón a menudo solitario y sediento y la felicidad ha sido un visitante de ida y vuelta que no ha querido quedarse para siempre contigo. Quizás esperabas demasiado de la vida y no puedes evitar sentir desilusión, aunque no estás dispuesto a admitir un fracaso por respuesta. Te gustaría recuperar esa época que considerabas feliz y modificar todo aquello de lo que ahora te arrepientes, pero se ha hecho demasiado tarde. Otra vez te quedas enredado en tu pasado y eso te impide ver con claridad tu horizonte presente. Hagas lo que hagas y vayas donde vayas, siempre tienes tu maleta preparada para viajar al pasado. Un día te llega el olor de aquel perfume que te recuerda a tu infancia, otro saboreas esa paella que sabe igual a la que hacía tu madre, otro regresas a esa partida de ajedrez que jugabas con tus compañeros de colegio y sientes nostalgia, pero sigues caminando e intentas que los recuerdos no te impidan arrastrar esa maleta que cada vez pesa más y siempre llevas contigo.
Entonces llegas a una calle sin salida, no sabes dónde estás, pero algo te impulsa a recorrerla hasta el final. Encuentras una tienda casi oculta tras unas enredaderas que trepan por un viejo edificio. Te quedas mirando el escaparate. Una tienda de antigüedades. De nuevo tu mente viaja al pasado. La puerta está entornada y entras sin llamar. En una mesita, junto al escaparate ves un antiguo carrusel musical. Es igual al que tenía tu madre en casa de tus abuelos. Giras la llave, la música comienza a sonar y los caballos, cómplices del movimiento, empiezan a dar vueltas dejando atrás el silencio. De nuevo sientes esa alegría infantil que solía llenar tu alma al recordar aquellas sabias palabras que tu abuela te susurraba mientras hacía sonar la música del carrusel para hacerte dormir: "El carrusel sólo puede girar en un único sentido, hacia adelante. Y los caballos sólo pueden ir en esa dirección, nunca pueden retroceder. Así será tu vida también, irás subido en un carrusel que casi nunca dejará de estar en movimiento y tu vida dará muchas vueltas, más de las que imaginas. Pero por más vueltas que dé tu vida, nunca podrás volver hacia atrás, aunque sientas nostalgia del pasado, porque si intentas girar en sentido contrario, la música que da sentido a tu vida, dejará de sonar y perderás el ritmo. Tus emociones cambiarán a la misma rapidez que gira el carrusel y unas veces estarás arriba y otras abajo, por eso debes aprender a controlarlas y a ser cómplice del movimiento invisible que te rodea. Muchas veces sentirás que pasas una y otra vez por el mismo lugar, porque algunas experiencias de tu vida se repetirán hasta que aprendas a superarlas. Y si sientes que en algún momento estás desanimado y tu carrusel no va a la velocidad que te gustaría, es mejor que te bajes de él, dejes de dar vueltas sin sentido y pienses cómo volver a llevar las riendas de tu vida y sólo cuando recuperes el entusiasmo, tu carrusel volverá a girar con fuerza".
Sales de la tienda con el eco de las palabras de tu abuela aún resonando en tu interior y por primera vez miras el presente que tienes ante ti, sin dejarte atrapar por tu pasado. Decides subirte al carrusel y ser otra vez, protagonista de tu vida. La música comienza a sonar y escuchas la melodía de tus recuerdos y de las experiencias vividas a lo largo de tu existencia. No es necesario que renuncies a ellos, pero has aprendido que la única manera de caminar hacia adelante sin caerte, es dejando de mirar aquello que dejaste atrás.
Tu pensamiento está habitado por las sombras de tu pasado y de tu presente, por lo que fuiste y por lo que eres, pero decides vivir aquí y ahora, en el instante presente, porque sabes que lo que pienses y decidas hoy, determinará aquello que vivirás mañana.
Y tú....¿Estás preparado para subirte al carrusel de tu vida?
Entonces llegas a una calle sin salida, no sabes dónde estás, pero algo te impulsa a recorrerla hasta el final. Encuentras una tienda casi oculta tras unas enredaderas que trepan por un viejo edificio. Te quedas mirando el escaparate. Una tienda de antigüedades. De nuevo tu mente viaja al pasado. La puerta está entornada y entras sin llamar. En una mesita, junto al escaparate ves un antiguo carrusel musical. Es igual al que tenía tu madre en casa de tus abuelos. Giras la llave, la música comienza a sonar y los caballos, cómplices del movimiento, empiezan a dar vueltas dejando atrás el silencio. De nuevo sientes esa alegría infantil que solía llenar tu alma al recordar aquellas sabias palabras que tu abuela te susurraba mientras hacía sonar la música del carrusel para hacerte dormir: "El carrusel sólo puede girar en un único sentido, hacia adelante. Y los caballos sólo pueden ir en esa dirección, nunca pueden retroceder. Así será tu vida también, irás subido en un carrusel que casi nunca dejará de estar en movimiento y tu vida dará muchas vueltas, más de las que imaginas. Pero por más vueltas que dé tu vida, nunca podrás volver hacia atrás, aunque sientas nostalgia del pasado, porque si intentas girar en sentido contrario, la música que da sentido a tu vida, dejará de sonar y perderás el ritmo. Tus emociones cambiarán a la misma rapidez que gira el carrusel y unas veces estarás arriba y otras abajo, por eso debes aprender a controlarlas y a ser cómplice del movimiento invisible que te rodea. Muchas veces sentirás que pasas una y otra vez por el mismo lugar, porque algunas experiencias de tu vida se repetirán hasta que aprendas a superarlas. Y si sientes que en algún momento estás desanimado y tu carrusel no va a la velocidad que te gustaría, es mejor que te bajes de él, dejes de dar vueltas sin sentido y pienses cómo volver a llevar las riendas de tu vida y sólo cuando recuperes el entusiasmo, tu carrusel volverá a girar con fuerza".
Sales de la tienda con el eco de las palabras de tu abuela aún resonando en tu interior y por primera vez miras el presente que tienes ante ti, sin dejarte atrapar por tu pasado. Decides subirte al carrusel y ser otra vez, protagonista de tu vida. La música comienza a sonar y escuchas la melodía de tus recuerdos y de las experiencias vividas a lo largo de tu existencia. No es necesario que renuncies a ellos, pero has aprendido que la única manera de caminar hacia adelante sin caerte, es dejando de mirar aquello que dejaste atrás.
Tu pensamiento está habitado por las sombras de tu pasado y de tu presente, por lo que fuiste y por lo que eres, pero decides vivir aquí y ahora, en el instante presente, porque sabes que lo que pienses y decidas hoy, determinará aquello que vivirás mañana.
Y tú....¿Estás preparado para subirte al carrusel de tu vida?
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