Esta tarde mientras paseaba por la Gran Vía he contemplado la belleza de algunos edificios y esculturas que, desafiantes al paso del tiempo, siempre han estado ahí, imponentes y atrayentes, pero a su vez invisibles para casi todos. La mayoría de las veces no apreciamos lo que estamos viendo y es porque miramos, pero no vemos y es justo en ese preciso instante cuando lo importante pasa desapercibido, es decir, aquello que permanece.
Lo que permanece es lo auténtico de las personas, de las cosas, de las situaciones y de los hechos, lo que trasciende a las modas y perdura a través del tiempo. Lo que permanece es como el viento, llega a todos los rincones del universo y habita en el interior de nuestra alma. Nuestros antepasados nos transmitieron su conocimiento de la misma manera que nos enseñaron a usar el fuego, sin embargo aquello que está siempre a nuestro lado es pronto olvidado y centramos nuestra existencia en lo que no permanece y carece de autenticidad.
Hoy quiero invitarte a que descubras la verdadera esencia de lo que permanece y todo aquello que antes era invisible a tus ojos cobrará un nuevo sentido. Encontrarás respuestas a preguntas que antes suponían una incógnita sin resolver en tu vida, descubrirás nuevas oportunidades de negocio donde antes no veías salida, desarrollarás en ti mismo valores de los que pensabas que carecías y redescubrirás personas que siempre han estado a tu lado, pero parecían invisibles a tus sentidos. Cuando valoras lo que permanece, comienzas a mirar tu entorno con un cristal diferente y captas el significado auténtico de lo que te rodea. Es como cuando paseas por un parque y de pronto descubres un paisaje maravilloso que siempre ha estado ahí y antes no habías sabido ver porque habías cerrado los ojos a lo que permanece.
Los seres humanos nos encontramos en una búsqueda incesante de nuevas experiencias, nuevos amores, nuevas sensaciones y nuevas partes de nuestro ser y nos quedamos ciegos de aquello que permanece y es así como el más bello edificio, canción, oportunidad o persona se convierten en inexistentes, a pesar de estar aquí ahora presentes. Aparecen y desaparecen de tu vida para siempre, como si nunca hubieran existido. Pero más allá de tus circunstancias y de tu momento presente, dentro de ti se encuentra el poder de recuperar el valor de lo que permanece y su verdadera esencia.
Sólo debes escucharte a ti mismo y escuchar el lenguaje del universo y cuando entiendas su verdadero significado, sólo entonces habrás descubierto que lo que permanece forma parte de ti desde el momento de tu nacimiento y siempre caminará contigo, a tu lado y dará sentido a toda tu existencia. Si miras el mundo desde esta perspectiva, alcanzarás una nueva dimensión de la realidad que te rodea y dejarás de buscar tu bienestar en lo efímero y fugaz, porque es en lo que permanece donde se encuentra la llave que abre la puerta que te conduce hacia el camino de la verdadera felicidad.
Sólo debes escucharte a ti mismo y escuchar el lenguaje del universo y cuando entiendas su verdadero significado, sólo entonces habrás descubierto que lo que permanece forma parte de ti desde el momento de tu nacimiento y siempre caminará contigo, a tu lado y dará sentido a toda tu existencia. Si miras el mundo desde esta perspectiva, alcanzarás una nueva dimensión de la realidad que te rodea y dejarás de buscar tu bienestar en lo efímero y fugaz, porque es en lo que permanece donde se encuentra la llave que abre la puerta que te conduce hacia el camino de la verdadera felicidad.
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